Lliteratura

Lliteratura
Les hestories pequeñes son les úniques que pues lleer milenta vegaes...

domingo, enero 30

Relato: Chico nuevo en clase.

Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído.


¡Hola a todos! Ésta es la primera entrada que creo, así que os dejo una de mis primeras historias, según la fecha, fue escrita el 11 de Noviembre de 2005, ¡Anda que no ha pasado el tiempo! ¡Ni si quiera me acordaba de esta historia de tan pequeña que era! Pues bien, 6 años después aquí os la dejo:

Hola, soy Saray, acabo de llegar del instituto, y he de contaros, queridos lectores lo que me ha ocurrido:
Entramos en clase y cuando llegó el profesor nos sentamos, antes de empezar nos comentó que, dentro de unos días llegaría un chico nuevo, me parece que se llamaba... Iván, a mí esto no me emociona porque no suelen caerme bien los nuevos, pero tengo ganas de conocerle simplemente para verle y, quien sabe quizás, solo quizás pueda hacer un amigo nuevo, bueno, pasaron unos días hasta que vimos que un chico entraba en clase junto con nuestro tutor, nos lo presentó y nos presentamos nosotros, un rato después llegó el profesor de matemáticas y, como quería empezar la clase de una vez le dijo a Iván que se sentara, pero en la clase solo había un asiento libre, el mío, así que tuve un nuevo compañero, él me saludo, yo también a él y empezamos a hablar, teníamos muchas cosas en común, por ejemplo: a él le encanta la lasaña, y a mí también, aunque eso no tiene mucha importancia, pero lo realmente bueno fue que mientras estábamos hablando me fijé en sus ojos, azules, como el agua del mar y brillantes como un diamante, tenía el pelo negro, negro como el azabache , era la cara más preciosa que había visto nunca, que digo, era el chico más guapo del universo y, pasaron los días, yo le iba conociendo mejor y... Creo que me había enamorado de él, lo que sería un problema, porque él ni en sueños se fijaría en mí, yo, una chica con el pelo por los hombros en forma de triángulo, unos ojos verdes del color del cubo de la basura y unas gafas redondas más grandes que un globo terráqueo, era demasiado fea, pero bueno, me conformaba con verle cada día, sentarme con él, hablarle y a veces me acompañaba hasta casa, un día cuando sonó la sirena para ir al recreo, me cogió por la espalda y me dijo que nos fuéramos que tenía que contarme una cosa, yo nunca había hecho pellas aunque por él lo daría todo, sin que nadie se diera cuenta abrimos la puerta trasera del instituto y nos fuimos corriendo, él me cogió de la mano para ir más rápido, hasta que llegamos al parque, no había nadie él me cogió de las manos me miró, me quitó las gafas y... ¡Me besó! Noté sus labios junto a los míos, sus manos acariciándome la cara, y después sus brazos me rodearon, poco a poco nos separamos hasta que nuestras miradas se volvieron a encontrar.
-¿Por qué me has besado?- le pregunté
- y... ¿Por qué no? –Me miró y se dibujó una sonrisa en su cara.
Yo no dije nada, porque, antes de que pudiera él me tapó la boca suavemente con dos dedos y, mirándome, dijo:
- Por qué no voy a besar a una chica como tú, con unos ojos verdes profundos y tan bonitos, un pelo brillante y suave como una caricia, ¿Tus gafas? Esconden una encantadora mirada... Y, además, te convertiste en una chica a la que quiero...
En ese momento me sentí como si estuviera volando, o en el paraíso, en el mejor lugar del mundo con una persona a la que quería y que me acababa de decir que me quería a mí, yo no pensé en nada en ese momento, pero Iván me preguntó:
-¿Y tú?... ¿Me quieres?
Yo asentí con la cabeza, y en ese momento me di cuenta, había encontrado al chico perfecto, y lo mejor de todo... Nos queríamos.